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Quiénes somos

El convento de Carmelitas Descalzos en Úbeda fue fundado el 14 de septiembre de 1587 por el P. Jerónimo Gracián de la Madre de Dios, bajo la advocación del patrón de la ciudad, San Miguel Arcángel, cuya ermita se encomendó al cuidado de estos frailes. Por tanto, cuando san Juan de la Cruz vino a pasar en él los últimos dos meses y medio de su vida, esta fundación solo llevaba en marcha cuatro años. No obstante, aquellos religiosos y este convento pertenecen a una Orden y una tradición mucho más antiguas.

DE DÓNDE VENIMOS…

Los orígenes palestinos: El Monte Carmelo

“Cada Orden toma su nombre de un lugar o un santo”, escribe un carmelita inglés del siglo XIV; “de un lugar, como nuestra Orden del Monte Carmelo”, un monte de Palestina, a orillas del Mar Mediterráneo, en Haifa (Israel). Se desconoce la fecha del inicio. Pero tienen mucho que ver el resurgir de la vida eremítica y las Peregrinaciones a Tierra Santa en los siglos XI-XII, conocidas como Cruzadas.

Los primeros ermitaños occidentales o latinos se establecieron en el Monte Carmelo, un lugar que invitaba a la oración y a la contemplación. Allí, “junto a la fuente de Elías”, iniciaron la vida, presidida por uno de ellos. Nace el Carmelo. Pero a aquellos ermitaños les faltaba una Regla común, que San Alberto, Patriarca de Jerusalén, les daría el año 1209, y que sería aprobada por el Papa Honorio III en 1226.

Con el tiempo, los ermitaños del Carmelo eran conocidos como Hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo. Así nació la devoción a la Virgen del Carmen.

Traslado y adaptación a Occidente

Ante las dificultades para vivir en Tierra Santa, decidieron volver a Europa. Y si bien en un primer momento intentaron seguir viviendo como ermitaños, acabaron uniéndose a las Órdenes Mendicantes existentes, como eran los dominicos y franciscanos. En este proceso de cambio surge San Simón Stock, por entonces Prior General, que pide al Papa “se dignara clarificar y corregir ciertas dudas y mitigar ciertas severidades” en la Regla de San Alberto. Adaptaciones y cambios que el Papa Inocencio IV aprobaría en 1247.

A pesar de contar con la autorización papal, los Carmelitas, como otras Órdenes, sufrieron la oposición del clero secular, hasta que se les concedió la plena exención de la jurisdicción episcopal.

Durante la segunda mitad del siglo XIII y durante todo el siglo XIV el Carmelo creció grandemente. Pero al final del s. XIV y durante el s. XV comenzó a decaer poco a poco el fervor religioso. Además aparece la inobservancia religiosa. Es entonces cuando surgen distintos movimientos de Reforma, y hombres providenciales para llevarla a cabo en las distintas casas.

La Orden en España

La primera noticia que tenemos de la Orden en España es la del Capítulo General celebrado en Londres en 1254. En él se determina fundar en Hispania, favorecida en especial por el rey Jaime 1 de Aragón. En España la primera fundación fue la de Perpiñán, que entonces formaba parte de la Corona de Aragón. El primer convento fundado en la Corona de Castilla y en concreto en Andalucía fue Gibraleón (Huelva).

Después fueron llegando nuevas Fundaciones. Las Provincias se reajustaron hasta llegar a la división definitiva en 1498: Cataluña, Aragón, Castilla y Bética (Andalucía). En el siglo XVI la provincia de Andalucía crece sorprendentemente llegando a contar, cuando nace el Carmelo de Teresa, con 16 conventos y 250 religiosos. Y en toda la Orden, con 50 conventos y unos 550 religiosos.

El primer monasterio de monjas carmelitas de España fue Écija (Sevilla) en 1457. Después vendría el de la Encarnación en Ávila en 1479, donde entraría monja carmelita Santa Teresa de Jesús, a la edad de 20 años, el 2 de noviembre de 1535.

EL CARMELO TERESIANO

Tras más de 25 años en ese gran monasterio, santa Teresa se siente empujada por el Señor a fundar, dentro de su misma ciudad y Orden, otro mucho más modesto, pensando para una pequeña familia de trece ermitañas en comunidad (cf. CV 13,6). Y así, el 24 de agosto de 1562, funda el monasterio de Carmelitas Descalzas de San José.

A pesar del plan inicial de la santa, Dios quiso que aquella no fuera una fundación aislada, sino la primera de las 17 de monjas y 2 frailes que proyectó y —en su mayoría—realizó ella misma durante el resto de sus veinte años de vida. De forma, que aquella experiencia de San José de Ávila, acabó siendo el germen de la nueva rama de la Orden del Carmen: el Carmelo Descalzo o Teresiano. Un breve y buen resumen de nuestro carisma: Carmelitas descalzos | Carmelitas Descalzos Provincia Ibérica (ocdiberica.com)